Día de Acción de Gracias

Hermano (a),

Estimados Diáconos y familias, estamos muy agradecidos contigo, y tus seres queridos, que están y estarán siempre en nuestras oraciones y pensamientos.

Hemos llegado a un año más a esta celebración del día de Acción de Gracias, y nuestro  primer pensamiento puede llevarnos a meditar todo lo que ha salido mal en especial con esta enfermedad del virus. Sin embargo, el Día de Acción de Gracias nos brinda una ocasión llena de alegría para celebrar las bendiciones recibidas y poder reconocer que somos bendecidos de una manera especial a medida que aprendemos a poner nuestra fe más en el amor de Dios.

Oración

Este año estamos tristes por las pérdidas, pero no nos rendimos.
Aunque nos sintamos inseguros, pero confiamos en ti.
Anhelamos tu sanación en todo el mundo y especialmente
te pedimos por  los más necesitados.
Reconocemos tu misericordia
y tu amor por cada uno de nosotros y,
sabemos que todo lo bueno viene de ti.
Te damos gracias por todos aquellos que han ayudado
en este tiempo de pandemia;
Por los momentos de unión con los demás en medio
del distanciamiento social.
Por las diferentes formas en las que todavía podemos estar
conectados con nuestros seres queridos en este tiempo,
sea ya por teléfono, electrónicamente o por medio de la oración.
Te damos gracias, para que con nuestro desconsuelo
abramos nuestros ojos al dolor de nuestros hermanos y hermanas
que soportan problemas en su diario vivir.
Gracias por el don de la vida; Por fe y la esperanza;
Y, de alguna manera, poder concebir que la lucha nos una más
cercanamente con Jesús y su madre María.
Nos unimos en respaldo y apoyo con nuestros hermanos y hermanas de todo
el mundo y especialmente con aquellos que pasarán hambre hoy.

Del libro de Habacuc 3: 17-19.

Pues aunque no florece higuera ni den las viñas uvas en adelante; aunque falte el producto del olivo y se niegue la tierra a darnos pan; aunque no tengan ovejas el corral y se queden sin bueyes los establos; Yo seguiré alegrándome en Yavé, lleno de gozo en Dios, mi salvador.
Yavé, que es mi Señor, es mi fuerza el da a mis pies la agilidad de un ciervo y me hace caminar por las alturas.

Atentamente, ANDH (Asociación Nacional de Diáconos Hispanos de Estados Unidos)